Las salas muy reflexivas o con niveles de ruido de fondo demasiado altos o demasiados bajos pueden afectar al bienestar de las personas presentes.
Por ejemplo, las conversaciones en salas de ladrillo visto o con muchos azulejos parecen frías y ruidosas, mientras que una sala de cine con asientos tapizados crea una atmósfera incomparablemente más cálida y confortable (que, por supuesto, también se ve influenciada por el uso previsto del lugar en cuestión)
O piense en cómo cambia su estado de ánimo cuando una máquina de construcción pesada comienza a trabajar cerca de su oficina. En tal situación, es difícil relajarse, y la inteligibilidad o nuestra voluntad de comunicarnos verbalmente también se ve afectada.
Por lo tanto, es importante asegurarse de que el ruido de fondo es adecuado para el uso previsto de la sala.
La habitación también debe tener un tiempo de reverberación adecuado. Para una buena inteligibilidad de la voz en un aula, por ejemplo, debería tener un tiempo de reverberación de menos de un segundo. Por otro lado, una sala de conciertos clásica necesita un tiempo de reverberación de 2 a 3 segundos para asegurar la escucha de un sonido cálido deseado.