¿Qué puedo hacer para que se entienda mejor mi discurso?

 

Imagínese que está en una sala con varias personas y que tiene que dar un discurso. Al cabo de unas pocas palabras, se produce un alboroto entre el público y un miembro del mismo le grita que apenas le entiende y que debería hablar más claro. A continuación, se esfuerza por articular sus frases en voz alta y clara, pero la evidente frustración del público se mantiene: ¿por qué ocurre esto?

 

En la práctica, hay varias causas posibles:

  • Un sistema de sonido mal diseñado o ajustado (si lo hay).
  • El nivel de ruido de fondo predominante (por ejemplo, el que emana del público, un sistema de ventilación ruidoso, un barrio ruidoso o similar).
  • Propiedades acústicas desfavorables de la sala, es decir, la componente de sonido directo es demasiado baja en comparación con la componente reverberante.

Esto plantea la siguiente pregunta: ¿qué se puede hacer para mejorar la situación?
El primer paso es registrar y analizar con precisión la situación. Esto suele comenzar con la determinación del espectro sonoro de fondo típico y el índice de inteligibilidad del habla (STI).

La medición del espectro sonoro de fondo dura entre unos segundos y unos minutos y se lleva a cabo durante el horario normal de funcionamiento de la sala, es decir, en presencia del público. Esto garantiza que el nivel así determinado refleje el estado normal lo más cerca posible de la práctica.

El siguiente paso es determinar la inteligibilidad del habla. Además de un dispositivo de medición adecuado, necesitamos un generador para producir la señal de prueba normalizada. Esta señal se reproduce acústicamente, ya sea por el propio generador o -si se dispone de él- a través del sistema de sonido.

Esto permite que comience la medición de la STI. Para evitar la falsificación del resultado a causa del ruido externo, suele realizarse cuando la sala está vacía y el nivel de ruido general es lo más bajo posible. Las mediciones se realizan en varias posiciones de la sala, es decir, en los lugares donde normalmente hay personas. Al promediar los datos obtenidos de este modo, se obtiene la inteligibilidad del habla de la sala en una escala de 0 a 1. Por último, el dispositivo de medición calcula este valor con el nivel de ruido ambiental previamente determinado. De este modo, el usuario obtiene un resultado directo que corresponde a las condiciones reales en presencia de un público.

Ahora hay que analizar la inteligibilidad del habla y sacar conclusiones. Si el resultado está entre 0,5 y 1, la inteligibilidad del habla es de suficiente a muy buena. En cambio, si los valores de STI son inferiores, hay que determinar las causas exactas y tomar contramedidas.

Una de las posibles razones es el ruido ambiental, que sólo puedes ahogar insuficientemente con tu voz o con ayuda del sistema de sonido. Si este ruido procede de una fuente de la propia habitación, hay que amortiguarlo. Sin embargo, si el ruido viene del exterior, una mejor insonorización de las paredes, ventanas y puertas ayudará.   

Otra causa posible de una mala inteligibilidad de habla radica en la acústica de la sala. En este caso, interesa especialmente el tiempo de reverberación RT60, que se debe a las superficies duras que reflejan el sonido, como paredes, ventanas, mesas, etc. Si el tiempo de reverberación es demasiado alto en comparación con el sonido directo, la inteligibilidad del interlocutor se verá afectada. En este caso, hay dos medidas que pueden ayudar:

  1. La amplificación del sonido directo: puede lograrse, por ejemplo, mediante la colocación y el control adecuados de los altavoces (parlantes) o las superficies que reflejan el sonido.
  2. Reducir el tiempo de reverberación: para ello se necesitan elementos que absorban el sonido, como cortinas, muebles tapizados, alfombras o paneles especiales.

A la hora de aplicar estas medidas, es recomendable consultar a un experto en acústica de reconocida eficacia para evaluar cuidadosamente todas las opciones y tomar las medidas adecuadas.

Por último, debe comprobarse de nuevo la inteligibilidad del habla. Así se asegurará de que las mejoras deseadas se han conseguido realmente y de que nada se interpondrá en su próximo discurso, esta vez claramente comprensible.